
Motivos
Apunte crítico 12
Sabemos (más o menos) el "qué": qué hacemos los bibliotecarios. Aunque a veces lo que hacemos nos venga dictado por algún funcionario, o por alguna política superior.
Sabemos (bastante bien) el "cómo": cómo hacemos lo que sea que hagamos. Son esas técnicas, métodos y herramientas que hoy por hoy ocupan el 90% de las currículas de bibliotecología de medio mundo.
Suponemos el "quién". Y digo "suponemos" porque generalmente no tenemos demasiado tiempo para conocer como deberíamos a ese "quién" para/con el que trabajamos. O no nos preocupa conocerlo.
Pero tenemos poco claro (o ignoramos completamente) el "por qué" y el "para qué". Y no, no es lo que dice la política institucional, el manual de moda, cierto manifiesto de la IFLA, ciertas directrices de ALA o el "gurú iluminado" de turno.
No siempre tenemos claro por qué y para qué trabajamos. No siempre conocemos nuestras razones, nuestros motivos, nuestros objetivos finales: esos que nos deberían "mover", empujar a la acción, enamorarnos de nuestra profesión, hacer que nos levantemos cada mañana con una nueva idea. Esos que nos deberían hacer llorar y reír. Esos sin los cuales nos sentimos un poco vacíos, vacíos que intentamos llenar (generalmente sin éxito) en este congreso, en aquel seminario de actualización, leyendo esta revista, o aprendiendo aquella nueva tecnología.
Hay mucho que discutir, mucho que debatir. Mucho que descubrir, que aprender y desaprender. Mucho que corregir, y otro tanto que proponer. Y mucho que pensar. Porque, como escribió el uruguayo Eduardo Galeano en "Los hijos de los días" (2012), "libres son quienes piensan, no quienes obedecen".
¿A qué estamos esperando?
[Entrada perteneciente a la serie Apuntes críticos].
Acerca de la entrada
Texto: Edgardo Civallero.
Fecha de publicación: 01.08.2018.
Foto: "Why should you spend oney on Facebook advertising", de The Perfect System (enlace).
Etiquetas: apuntes críticos, bibliotecología crítica, bibliotecología progresista, bibliotecología social